La Diputación dio ayer el primer paso para conseguir que Ourense sea una provincia «cardioprotegida». El pleno aprobó por unanimidad iniciar la elaboración de un plan de cooperación para dotar a los concellos -a excepción de la capital- de desfibriladores en los espacios de mayor afluencia. Fue uno de los cuatro acuerdos que generó consenso en la sesión de ayer, junto a la petición de mejoras al Ministerio de Fomento para la A-52, la promoción del Couto Mixto para incluirlo en el registro de Bens Culturais de Galicia o la realización de un inventario del patrimonio artístico y cultural de la Diputación.
El vicepresidente primero del gobierno provincial, Rosendo Fernández, defendió la moción del PP para implantar desfibriladores en 91 concellos, una vez que las instalaciones provinciales ya cuentan con este sistema. Fernández, médico de profesión, recordó que «cada ano, prodúcense 30.000 paradas cardiorespiratorias extrahospitalarias», y que la iniciativa busca «evitar moitas mortes e constituir unha defensa útil da sanidade pública galega».
