¿Cómo mejorar la reanimación cardiopulmonar (RCP)?

Las recomendaciones del European Resuscitation Council (ERC) 2015 no definen la única forma en que se puede realizar la resucitación; solo representan una opinión basada en una extensa revisión de la escasa información existente en la literatura en este campo.

Incorporan muchas novedades, algunas de ellas de carácter organizativo. Por primera vez se enfatiza la importancia de la contribución de los operadores telefónicos de los servicios de emergencias médicas (112/061), de cara a favorecer el inicio precoz de las maniobras de soporte vital básica (SVB) por parte de aquellos ciudadanos “legos” en la materia, que son testigos presenciales de una parada cardiaca. Este es quizás el aspecto más relevante, e implica un cambio muy importante en la filosofía con la que afrontamos la muerte súbita. La PC ya no es un tema únicamente de los servicios de emergencia, dado los malos resultados de la reanimación si esta se demora, es imprescindible que esta empiece cuanto antes. Para ello es necesario que a la llegada de los profesionales sanitarios los ciudadanos hayan empezado a practicar a la reanimación y se haya contado con la ayuda de un desfibrilador automático externo.

La muerte súbita es uno de los problemas sanitarios de mayor magnitud en nuestro país y sin embargo, es la gran olvidada de nuestro sistema sanitario. En España podemos estimar que cada año 30.000 españoles mueren por muerte súbita. La rapidez en iniciar la reanimación es esencial, se calcula que la posibilidad de reanimar a un paciente con fibrilación ventricular disminuye un 10% cada minuto, por lo que después de 10 minutos las posibilidades son mínimas.

Ante un episodio de parada cardiaca en la calle o en el domicilio las posibilidades de sobrevivir son alrededor del 4-5%. Desde hace años varios sistemas sanitarios han desarrollado planes de reanimación precoz, implementando la enseñanza de la reanimación cardiopulmonar básica en escuelas y centros de trabajo y facilitando el acceso a desfibriladores en los coches de policía, bomberos etc. Los modelos de Seattle en Estados Unidos o Piacenza en Italia son ejemplos a seguir; ellos han conseguido aumentar el porcentaje de supervivencia a un 15-20%. Desde hace ya más de 10 años disponemos de desfibriladores automáticos externos (DEA), totalmente automatizados y diseñados para ser empleados por personas con una mínima formación e incluso sin formación alguna. Su uso se ha extendido por numerosas ciudades mejorando la atención del paro cardiaco. En algunas de ellas incluso hay aplicaciones para teléfonos móviles que informan de su localización, sus características y proporcionan sencillas instrucciones para su uso.

Nosotros hemos hecho esfuerzos en los últimos años pero, pese a ellos, la situación global de país es mala. Tenemos aproximadamente 1,7 DEA por 10.000 habitantes que comparados con los 8,54 de Alemania o 15,38 de Francia parecen claramente insuficientes. No tenemos un plan nacional de RCP ni hemos usado las nuevas tecnologías para mejorar la situación. Si lográramos pasar del 5% al 15% de supervivientes de una parada cardiaca en la calle, salvaríamos al año 3.000 vidas. Y eso programas como el de Piacenza han demostrado que puede lograrse con una cantidad de recursos muy limitados. Si consideramos que en España mueren al año en accidente de tráfico menos de 2.500 personas y los recursos que de manera muy efectiva hemos gastado en reducir esa cifra, nos daremos cuenta que en pocas cosas podemos invertir el dinero que sea más coste efectivo.

Es hora de concienciarnos de la gravedad del problema de la muerte súbita, de la magnitud de sus cifras y de lo mucho que podemos hacer para mejorarlas. Es hora de llamar a las puertas de los que tienen capacidad de cambiar las cosas, de los que pueden ayudar, de los que puedan aportar ideas. Hay que educar a la población en técnicas de reanimación básica, mejorar el número de DEAs disponibles en pueblos y ciudades. Hay que convencer que no es solo un problema de los servicios sanitarios. Lo es de la población en general, mañana cualquiera puede salvar la vida de su hermano, de su tío de su vecino y nada será más importante que eso.

Este es el principal mensaje de las nuevas guías, esperemos que no caiga en saco roto.

Referencias

2015 CERCP. Guías de Reanimación Cardiopulmonar

Guías de resucitación cardiopulmonar 2015 del Consejo Europeo de Resucitación: puntos clave