El paciente, de 50 años, sufrió un infarto en el vestíbulo de la estación de tren.
Las hermanas Elena y María Schröder utilizaron el desfibrilador instalado desde diciembre en su Farmacia, y con la ayuda de una enfermera que pasaba por el lugar, y que se ocupó de administrar los masajes cardiacos, mantuvieron con vida al paciente hasta la llegada de los equipos de emergencia. «El hombre estaba azul y parecía que se iba a ahogar», dijeron después de atenderle.